domingo, 5 de mayo de 2013

UNA REFLEXIÓN PARA LA HISTORIA



Han pasado ya casi doscientos años desde que uno de los grandes pensadores de la historia de la filosofía, y quizás, uno de los hombres más importantes en la historia de la humanidad, pronunciase probablemente su frase más famosa, una frase que ha sido numerosas veces citada y mencionada y que aún hoy en día sigue dando lugar a constantes debates y reflexiones. Evidentemente me refiero a Karl Marx y a su famosa frase “La religión es el opio del pueblo”.

Para entender bien esta frase y poder aclarar con total firmeza lo que lleva a Marx a afirmar algo así debemos de tener en cuenta que no es Marx el primero que defiende una tesis abierta en contra de la religión, una actitud cuanto menos comprometida en el seno de una sociedad donde la religión era algo prácticamente intocable, sino Feuerbach, quién en su obra “La esencia del cristianismo”, afirmaba que Dios no había creado al hombre a su imagen, sino que por el contrario había sido el hombre quién había creado a Dios, proyectando en él su imagen idealizada. Con la aparición de Dios, los hombres proyectaban en Dios todo aquello que necesitaban y deseaban pero que no podían alcanzar, librándose de todos sus sufrimientos, pero también perdían toda su libertad para convertirse en seres vacíos y subordinados a la figura divina.

Aquella tesis de Feuerbach despertaría a Marx de su sueño dogmático y le invitaría a la reflexión. Finalmente en 1844 Karl Marx pronunciaría su archiconocida frase e iniciaría una crítica abierta contra la religión dentro de su crítica al conjunto de la sociedad como instrumento de alienación de los hombres.

Marx sostiene que el sistema capitalista es un sistema injusto y desigual que favorece claramente a un grupo reducido de opresores y martiriza por completo a la clase oprimida, una clase social que vende la fuerza de su trabajo a cambio de un salario irrisorio, que es privada de cualquier tipo de libertad y que se ve alejada de los cargos de poder.

En este contexto, la religión no constituye una realidad insignificante, sino que por el contrario, se convierte en un auténtico azote de la clase opresora para imponer su dominación, y además un azote bastante efectivo. Por medio de la religión los sectores dominantes de la sociedad capitalista se aseguran una subordinación mucho más eficaz por parte de los trabajadores  y ahuyentan cualquier temor de rebelión proletaria, ya que a través de la religión, les hacen ver a los trabajadores que existen motivos para su condición, pues Dios no es caprichoso, y que además ya llegará otra época en la que les toque una mejor vida. Dios es bueno y no le gusta ver a la gente sufrir, por lo que les compensará por tanto sufrimiento acumulando concediéndoles el cielo en la otra vida.

Estos argumentos para el optimismo que porta la religión vuelven a la sociedad mucho más conservadora y menos crítica ante las injusticias del sistema. De esta manera, las clases opresoras controlan a su antojo toda la parafernalia religiosa y van adormeciendo cada vez más a la clase proletaria y consolidando su poder. Por ello la religión actúa como una droga, como un opio para el pueblo.

En definitiva, es importante que los hombres no caigan en las trampas que impone la religión y que mantengan la libertad que les corresponde a la hora de decidir que está bien y que está mal y de adoptar las posturas que solo ellos crean más adecuadas ante las diferentes situaciones  que se presenten a lo largo de su vida. Así conseguirán liberarse de las cadenas del sistema y caminar hacia una sociedad mejor.

Para terminar y cambiando de tema, sé que debería haber hecho más entradas a lo largo del curso, pero una veces por falta de tiempo y otras por poca confianza en mi imaginación no me he decidido, así que quería despedirme haciéndolo. Me gustaría darte las gracias por estos tres años en que has sido mi profesor y te deseo lo mejor de aquí en adelante.

miércoles, 31 de octubre de 2012

"El Fedón"


El Fedón es uno de los diálogos de madurez de Platón y el alma es su objeto de estudio. En el Fedón, Equécrates le pide a Fedón que le cuente como fue el último día en la vida de Sócrates.

Fedón comienza diciéndole que aquel día se encontraban juntos Sócrates, Apolodoro, Ctesipo, Fedondas, Terpsión, Cebes, Critobulo, Antístenes, Simmias, Euclides y el propio Fedón, todos ellos discípulos del filósofo. Conociendo la intención de Sócrates y su más que posible muerte, alguno de sus discípulos trata de hacerle ver a Sócrates que sentir satisfacción al morir es de insensatos y que una persona sensata lo que debe de hacer es tratar de evitar su muerte de todas las maneras posibles. Sin embargo, Sócrates no va a estar para nada de acuerdo con esta opinión, pues considera que la muerte es la meta de la actividad de todo filósofo, ya que es el momento en que, en función de la vida que ha desarrollado el alma en su etapa ligada al cuerpo, esta puede purificarse y alcanzar el mundo eidético. Sócrates defiende que la muerte es mejor para los buenos que para los malos, y en su caso, al haber sido filósofo y haber dedicado toda su vida al estudio intelectual, la muerte no podría ser más gratificante, ya que permitirá a su alma separarse de lo material y llegar al mundo de las ideas.

A continuación Cebes le pregunta a Sócrates sobre la inmortalidad del alma. Sócrates le dice que el alma es inmortal y eterna, que existe desde antes del cuerpo y que continuará existiendo cuando el cuerpo desaparezca. Asegura que todas las cosas que percibimos podemos percibirlas porque conocemos las ideas en las que se fundamentan y de las que constituyen copias imperfectas, y como las personas percibimos cosas desde el momento en que nacemos, parece lógico pensar que esas ideas predecesoras de las cosas materiales están presentes en nosotros desde antes del nacimiento. Sin embargo, cuando llegamos al mundo, no somos capaces de recordar esas ideas inteligibles que habíamos aprendido antes y perdemos todo ese conocimiento. Para aprender y alcanzar un conocimiento verdadero es indispensable recuperar esas ideas perdidas, es decir, es necesario recordar.

Sócrates dice que hay dos tipos de realidades presentes en el hombre: lo visible y lo invisible. Lo visible constituye lo cambiante, lo material, lo mortal, el cuerpo, y lo invisible hace referencia a lo inmutable, lo inmaterial, lo eterno, el alma. A pesar de la convincente explicación del filósofo, Simmias y Cebes no parecen del todo convencidos con la idea de que el alma sea inmortal y defienden que el alma puede encarnarse pero que llegará un momento en que no tendrá más remedio que morir. Para convencerlos, Sócrates les dice que las cosas son lo que son porque participan de las ideas y reciben su denominación, y de igual manera que las ideas contrarias no se admiten entre sí, las cosas que participan de ellas tampoco admitirán la idea contraria de la que hay en ellas. Por lo tanto, si el alma trae vida al cuerpo material que ocupa, nunca alcanzará la muerte, puesto que vida y muerte son ideas contrarias.  Por  tanto, el alma es inmortal.

De esta manera Sócrates les hace ver y comprender a todos sus discípulos, sirviéndose únicamente de la palabra, que el alma es inmortal y que la muerte es buena para las personas virtuosas, y logra así justificar ante ellos su propia muerte.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Influencia de los medios de comunicación en la sociedad


LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA SOCIEDAD

Los medios de comunicación nos informan de lo que ocurre a nuestro alrededor, nos entretienen, nos hacen pasar el tiempo, pero también nos manipulan.

Dentro de esta manipulación ejercida por los medios de comunicación distinguimos dos tipos: la manipulación política que ejercen los partidos políticos a través del control que ejercen sobre algunos periódicos y cadenas de radio y televisión, y la manipulación que ejerce el sistema capitalista sobre nosotros por medio de unos anuncios que incitan al consumismo y favorecen totalmente al sistema.

En primer lugar, hablaré acerca de la manipulación desde el punto de vista de los partidos políticos. Basta con ponerse delante del televisor o de la radio durante unas horas o con comprar diferentes periódicos cada día para darnos cuenta de la elevada influencia que tienen los grupos políticos en los medios. Estos partidos consiguen alzarse con el control de los medios, colocan gente de su gusto en los estamentos más altos de su pirámide de organización y de este modo, adquieren ese medio como si de un mecanismo de defensa personal se tratase. A través de los medios los partidos manipulan la información, favoreciéndose a sí mismos y lanzando constantes dardos maléficos hacia sus más directos enemigos. De esta manera, consiguen transformar la mayoría de las veces sus imprudentes e interesados actos en decisiones que parecen favorecer a toda la población y ser perfectas. Lo peor de todo no es la manipulación política ejercida por los partidos, sino el hecho de que mucha gente se crea todo lo que dicen los medios sin ponerse a analizar detalladamente su veracidad. Una alternativa a todo esto es Internet, que invita a un pluralismo real a través de páginas webs y blogs, donde existe esa diversidad de opiniones necesaria para que la gente pueda entrar en razón y no se vea manipulada.

También es cierto que esta manipulación ejercida por los políticos no es la única que producen en la sociedad  los medios de comunicación, pues estos, a menudo (especialmente la televisión), incluyen anuncios publicitarios que incitan a la sociedad al consumo y se emparejan por completo con el Sistema de Mercado existente en nuestros días. La publicidad  no ofrece productos de dudosa garantía que a través de la televisión parecen producir unos efectos que luego en la práctica nunca pueden desarrollarse. Las empresas se favorecen en gran medida de estos mensajes, porque los medios les permiten manipular por completo a la población acerca de las ventajas de sus productos y servicios, y así los grupos empresariales pueden obtener, conservar y aumentar su poder.

En conclusión, los medios de comunicación son a menudo muy peligrosos para la sociedad y es conveniente andarse con cuidado para evitar caer en sus trampas y tomar decisiones que luego nos puedan llevar a arrepentirnos.

sábado, 31 de marzo de 2012

FILOSOFÍA E INGENIERÍA GENÉTICA

Filosofía e ingeniería genética

La ingeniería genética agrupa el conjunto de técnicas utilizadas por los biólogos para dotar a las células vivas de nuevas propiedades, modificando su material genético.

La ingeniería genética nació a comienzos de 1970 y supuso un paso decisivo en la revolución genética. Su inicio está asociado al descubrimiento de las herramientas indispensables para construir nuevas combinaciones de fragmentos o de moléculas de ADN que no se encuentran juntas de manera natural.

Paralelamente, en los últimos años se han hecho grandes avances en la técnica de la clonación, hasta tal punto que algunos científicos afirman en la actualidad estar en condiciones de clonar seres humanos. ¿Qué ocurriría en el futuro si las técnicas de la ingeniería genética se combinaran con las de la clonación y se aplicaran al ser humano? Al paso que avanza la biología molecular, es muy probable que en un futuro no muy lejano esto sea posible.

La ingeniería genética es utilizada con distintas aplicaciones: en las plantas se utiliza para crear variedades más resistentes al clima, plagas o con mayor poder nutritivo y en los animales se utiliza para obtener variedades ganaderas de mayor rendimiento o de más rápido crecimiento. Sin embargo, en los seres humanos su eficiencia aún no está comprobada.

¿Pero cuales son las ventajas e inconvenientes del posible uso de la ingeniería genética en personas?

La palabra clonación se utiliza para describir el proceso mediante el cual una célula, o un grupo de células, de un organismo individual se utiliza para obtener un organismo completamente nuevo que es un clon del original. El individuo clonado es genéticamente idéntico a la célula u organismo ancestral del que se obtuvo, así como a cualquier otro clon obtenido del mismo ancestro. 

Por una lado los científicos consideran que la clonación sería muy beneficiosa pues permitiría solucionar gran cantidad de problemas médicos y acabar con ciertas enfermedades de tipo genético. También podría permitir tener descendencia a homosexuales o personas solteras para las que de otra manera resultaría imposible.

Sin embargo, la principal desventaja que se le impone a las clonaciones es que podrían conducir al fin de la selección natural aplicada a la raza humana, lo que significaría que nos apartásemos del camino de la supervivencia del mas apto para pasar a ser una raza "a medida". Además, muchas personas, especialmente las que tienen una ideología marcada por su religión, se oponen radicalmente a este fenómeno, pues va en contra de los dogmas de su religión.

Desde mi punto de vista, la clonación es algo beneficioso y si verdaderamente la ciencia está preparada para ponerla en práctica, debería hacerlo ya, pues cada día que se pierda podría ser decisivo a la hora de salvar la vida de las miles de personas que presentan transtornos genéticos graves.

De todos modos, no está muy clara para la sociedad la decisión de considerar la clonación como un fenómeno fiable y beneficioso o de verlo más como un proceso arriesgado y perjudicial que podría acabar con nuestra noción de personas. Lo que sí parece es que tarde o temprano la clonación dejará de ser una posibilidad remota para convertirse en una realidad...